Chelas x México – Seguridad

¿De qué depende la seguridad en nuestra ciudad? ¿La responsabilidad únicamente recae en el aparato gubernamental? ¿O Acaso estamos dejando de hacer algo?

Fueron algunos de los cuestionamientos que se ventilaron en la charla que se dió cita el pasado viernes 29 de abril, en el evento “Chelas x México”.

Sin lugar a duda, la principal conclusión entre los asistentes fue la inexistencia de seguridad, esto independientemente del género en las víctimas que lo han vivido, pues todos nos vemos afectados. Con el reciente y lamentable caso de Debahni, se analizaron las razones del porque pudo suceder tal situación y que, sin ser la primera, pero tampoco la última, esto día con día se vuelve un asunto alarmante para la sociedad civil en general, teniendo en cuenta que los tres niveles de gobierno se encuentran rebasados en la ejecución de estrategias que busquen disminuir este tipo de situaciones.

Culiacán, Sinaloa. Octubre de 2019 (Fuente: Milenio)

Las garras del crimen organizado están inmersas en la sociedad, hoy en día ya no es raro escuchar los escándalos que emanan de dichas actividades sino todo lo contrario, las personas nos enteramos de muertos, enfrentamientos armados y amenazas diariamente que, para nuestro entender, ya son cotidianos. El Estado por su lado, pareciera que viven una realidad completamente distinta de la que aqueja a la sociedad, sus nulos esfuerzos por mejorar la seguridad de las calles llevan tiempo que no mejora, en cambio centran los recursos y capital humano en promover propagandas sociales que no suma al mejoramiento del tejido social, obteniendo como resultado en alza en los índices de violencia, secuestros y muertes.

Sería lógico pensar que los encargados de hacer frente a los delincuentes del crimen organizado son los policías, pero la figura policiaca al ojo del ciudadano se ha convertido en una ejemplificación perfecta de corrupción. El temor a que un policía te detenga y que la detención concluya en soborno, es sumamente probable, pues los abusos de autoridad están al orden del día, y como no va a ser así, si ambas colectividades (Policías y ciudadanos) no están haciendo los que les toca. Por poner un ejemplo, se habló de como los integrantes de las corporaciones policiacas, ganan un salario bajísimo y que este no podía ni siquiera retribuir con tan arriesgada labor de poner tu vida de por medio en la ejecución de tu labor; así como también las autoridades, no invierten lo suficiente en una mejor capacitación, adiestramiento e incentivos para ellos. En las transiciones gubernamentales, la propuesta de aumentar los recursos a estas necesidades se escucha, pero no se ejecuta, ya que ni contratando un mayor número de policías, se podría combatir tan excesiva y demandante labor, sin que sea encausada con una estrategia distinta, procurando que las políticas públicas ciertamente atiendan el problema de raíz y existan planeaciones a corto, mediano y largo plazo.

Estamos casi a mitad de año, y era necesario comentar en que otras situaciones la seguridad se ha vuelto un patio de recreo para las autoridades, y es que los secuestros en nuestro estado, no van a la baja como dice el gobernador si no que tenemos un alza del 67% en estos hechos delictivos, pues desde el año 2018, Jalisco ocupa el primer lugar nacional de cuerpos exhumados en fosas clandestinas, y esto no es tema menor, pues siguen estando muchas personas desaparecidas que lastimosamente, no podemos encontrar. Y es que no es un tema menor, actualmente las personas buscan protección a como dé lugar, los sitios habitacionales con mayor demanda en nuestro estado son aquellos que cuentan con vigilancia activa las 24 horas, la manera en que vivían nuestros abuelos en casas en avenidas y calles transitadas ya no es opción, todos corremos peligro y tratamos de disminuirlo con este tipo de acciones. El secuestro, es un problema que afecta parejo, en el que todos tenemos cosas por hacer, principalmente como sociedad, debemos practicar el civismo, ser más solidarios, participar activamente dentro en foros con autoridades y vecinas, proponer y ejecutar estrategias conjuntamente sin esperar que las autoridades mejoren las acciones y estrategias para atender este problema que nos aqueja.

A pesar de la realidad que vivimos, debemos ser optimistas pensando que, en algún punto, podemos disminuir estas cifras que parecen imposibles de disminuir, el entorno social-político, refleja mucho todo lo que hemos dejado de hacer, y también de exigir. Debemos de ser analíticos y coherentes en lo que queremos lograr como sociedad, sin dejar de visualizar el objetivo principal, que es lograr un bien común, en el que todos los sectores sociales puedan desarrollarse respetando a sus iguales. Conocer y entender la realidad que vivimos es el punto de encuentro entre lo que no queremos vs lo que buscamos. 

Diego A. Martín

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